Hepatitis

¿Sabías que las enfermedades hepáticas también son hereditarias? Conoce los factores más comunes que causan esta patología.

El hígado es un órgano del tamaño de una pelota de fútbol americano ubicado justo debajo de la caja torácica, del lado derecho del abdomen. Este órgano es esencial para el metabolismo de alimentos y eliminar las sustancias tóxicas del organismo.

Las enfermedades hepáticas puede ser hereditaria (genética) o causada por diferentes factores que dañan el hígado, el consumo de alcohol, incluso la obesidad también se asocia con el daño hepático; pero en esta ocasión hablaremos de las que son causadas por virus.

Con el tiempo, el daño hepático provoca cicatrización (cirrosis) que puede producir insuficiencia hepática, un trastorno que pone en riesgo la vida y que es irreversible; pero ese será nuestro próximo tema.


Las enfermedades hepáticas tienen muchas causas:

Infección:

Los virus pueden infectar el hígado, y esto provoca una inflamación que disminuye el funcionamiento hepático. Los virus que causan lesión hepática pueden transmitirse a través de la sangre o el semen, el agua o los alimentos contaminados, o por el contacto estrecho con una persona que está infectada.

La hepatitis se trata de una enfermedad originada por la inflación del hígado, y que se presenta por la trasmisión de cinco virus, que están designados por letras (A, B, C, D y E). No obstante, tiene otras vías de penetración como infecciones y derivadas de otras afecciones. Es muy necesario que sepamos que, dependiendo de su origen, el tratamiento será distinto. Es una enfermedad muy común entre la población mundial, tanto es así que cada año se dan 1,4 millones de nuevos casos solamente en la hepatitis A, según los datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Causas de la hepatitis:

Su aparición se debe a diversos motivos, que serán determinantes para su posterior curación. Dentro del grupo A y E, las causas más habituales tienen que ver con la alimentación, generalmente con productos contaminados, incluso con líquidos. Mientras que en los restantes, los motivos son más amplios y menos controlables, ya que están originados desde una transfusión de sangre contaminada, hasta por contacto sexual. No hay un denominador común por el que se contrae la enfermedad. En lo que sí hay mayor uniformidad es en los efectos que se producen cuando se contrae una hepatitis. No son muy claros al principio, y hasta puede que se confundan con los de otras afecciones.

¿Cómo debes tratarte?

En el 90% de los casos la hepatitis se cura en la actualidad. Especialmente en el caso de la hepatitis A, ya que no requiere de ninguna clase de medicamento. Solo con mucho reposo y gran consumo de líquidos se solventa ese trastorno. Las hepatitis B o C pueden ser algo más complicadas, se deberá seguir un tratamiento farmacológico, aunque no garantiza del todo un completo restablecimiento. A pesar de que cada vez se va incorporando al mercado nuevos fármacos y estrategias de curación más potentes, además de sustancias antivirales de gran efectividad contra la hepatitis; pero estos manejos deben ser evaluados y supervisados por personal medico.

Anomalía en el sistema inmunitario:

Las enfermedades en las cuales el sistema inmunitario ataca ciertas partes del cuerpo (autoinmunitarias) pueden afectar el hígado. Los ejemplos de enfermedades hepáticas autoinmunitarias comprenden los siguientes:

  • Hepatitis autoinmunitaria.
  • Cirrosis biliar primaria.

Genética:

Un gen anormal heredado de uno o ambos padres puede hacer que varias sustancias se acumulen en el hígado, y esto provoca daño hepático. Las enfermedades hepáticas genéticas comprenden:

  • Hemocromatosis.
  • Enfermedad de Wilson.
  • Deficiencia de alfa-1-antitripsina.

Cáncer y otros tumores:

Por ejemplo:

  • Cáncer de hígado.
  • Cáncer de vías biliares.
  • Adenoma hepático.

Otros:

Otras causas frecuentes de la enfermedad hepática son:

  • Abuso crónico de alcohol.
  • Acumulación de grasa en el hígado (enfermedad por hígado graso no alcohólico).

Factores de riesgo:

  • Los factores que pueden aumentar el riesgo de enfermedad hepática son los siguientes:
  • Consumo excesivo de alcohol. Inyección de drogas con jeringas compartidas.
  • Tatuajes o piercings en el cuerpo.
  • Transfusión de sangre antes de 1992. (Ahora esta causa en menos frecuente, casi nula)
  • Exposición a la sangre y a líquidos corporales de otras personas.
  • Relaciones sexuales sin protección.
  • Exposición a ciertos productos químicos o toxinas.
  • Obesidad.

Complicaciones: Las complicaciones de la enfermedad hepática son variables, dependiendo de la causa de los problemas hepáticos. Las enfermedades hepáticas sin tratar pueden avanzar y convertirse en insuficiencia hepática, una enfermedad que pone en riesgo la vida.

¡Espero que esta información sea de utilidad para ti y tu familia!